La semana pasada, el presidente de Rusia alcanzó su puntuación más baja en cuanto a confianza de la ciudadanía. Solo el 30,5% de los rusos confiaban en Putin. Esto podía repercutir gravemente en la política de Putin, por lo que 24 horas después, hizo pública una nueva encuesta según la cual el 72,3% de los rusos confiaban en Putin. La entidad estatal decidió directamente cambiarla. Y funcionó.
Hasta la polémica de la semana pasada, la confianza en el presidente ruso llevaba un tiempo desplomándose. Su nivel de aprobación, aunque también ha caído, se mantiene estable en un 65,8%
El malestar de la ciudadanía por la situación económica está pasando factura al Gobierno, y eso se nota en los sondeos.
Aunque una ayudita en los sondeos estadísticos pueda apoyar a Putin temporalmente, es evidente que el país necesita cambios.
Fuentes: https://elpais.com/internacional/2019/06/03/actualidad/1559553524_286666.html
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